Jorge Daza Franco, actual Presidente de la Joyería, retrocede en "la máquina del tiempo" y se remonta hacia 1927, para contarnos acerca de los primeros pasos de esta empresa. "En aquel entonces, era un pequeño taller de orfebrería llevado de la mano de un virtuoso artesano de nombre Casiano Carrasco".
Las joyas eran labradas en oro y plata, con tal destreza que admiraban acabados, por esta razón, muchos trabajos fueron llevados por viajeros de tierras lejana.
El amor a su arte del Sr. Casiano Carrasco fue tan cotizado por propios y extraños, que su nombre se convirtió en el símbolo inconfundible de la orfebrería Cruceña.