Los antioxidantes juegan un papel fundamental en la protección de las células de nuestro cuerpo. En particular, las frutas en conserva mantienen niveles constantes de antioxidantes gracias al proceso de conservación, lo que les permite preservar sus propiedades a lo largo del tiempo. A diferencia de las frutas frescas, que pueden perder antioxidantes debido a la exposición al aire y la luz, las frutas en conserva son una opción confiable para quienes buscan beneficiarse de estos compuestos.